EL PODER DE LOS MANTRAS

En el pequeño pueblo donde nací y pasé mi primera niñez, recuerdo como si fuese ahora, cómo todas las tardes a las seis y media, mientras todos los niños jugábamos a uno de los muchos juegos existentes en esa época, el cura, don Ángel que así se llamaba,  tocaba la campana chica de la Iglesia que nos recordaba la llamada al rosario de cada día.

¡Qué fastidio! ¡Qué rollo! Pensábamos todos los niños. Cuando mejor lo estábamos pasando se cortaba el juego.

¡Rezar el rosario! Siempre pensé que era algo irracional e inútil. Nunca entendí su sentido y jamás nadie me lo explicó. Nunca hasta que, en mi primera estancia en India, un Swami de Bhakti Yoga me contó el siguiente cuento.

Era un áshram (lugar donde viven en comunidad el maestro espiritual y sus estudiantes llamados brahmachárís) del norte de la India dirigido por un célebre yogui conocido por ser muy didáctico en la transmisión de sus enseñanzas. Este maestro propiciaba que sus discípulos comprendiesen antes de practicar para así evitar tanto el riesgo  de fanatismo como el error al actuar.

Un día, el gurú (maestro espiritual) estaba explicando a los brahmachárís la importancia de los mantras y sus prácticas en el camino espiritual. Tras una larga y exhaustiva exposición sobre el tema, uno de sus discípulos, con cara de gran incredulidad sobre las grandes virtudes que según el maestro tienen los mantras, comentó.

– Maestro. Según tus sabias enseñanzas no debemos aceptar como válido aquello que nuestro juicio rechace; y yo, sinceramente, pienso que no tiene fundamento alguno el que la repetición continuada de un mantra pueda conducirnos a la supresión del sufrimiento y a su consiguiente liberación. De igual manera que la repetición de la palabra agua no le quita la sed a un sediento.

El maestro, con expresión de aparente enfado, se acercó al alumno gritándole:

– ¡Eres un tonto! ¡Un ignorante impertinente que nada sabe acerca del camino espiritual! ¡Así que siéntate y calla!

El alumno. Desconcertado y asustado, se puso rojo y quedó temblando.

Entonces el maestro, con gran ternura y compasión, dijo a su discípulo:

– Te pido disculpas por mis palabras. Pero ahora dime: qué sentimientos te han despertado mis palabras. Qué sientes.

– He sentido miedo, tristeza e irá -respondió el alumno-.

Entonces el yogui concluyó: – De la misma manera que estas palabras te han despertado emociones negativas y una gran aflicción, así también los mantras, recitados con actitud adecuada, te despertarán sentimientos y pensamientos positivas como la alegría y la compasión que te acercarán  a la sabiduría y la felicidad.

Foto que muestra persona en meditación.

Mantra es una palabra sánscrita que significa “instrumento de control”.

Las palabras son representaciones mentales de lo que percibimos, sentimos, pensamos y hacemos. Así es como el cerebro relaciona las palabras con los sentimientos y pensamientos. De tal manera que, por ejemplo, mientras la palabra felicidad es relacionada por el cerebro con la emoción básica de la alegría, la palabra dolor es relacionada con la tristeza.

Esto hace que repetir con frecuencia palabras negativas despierte sentimientos del mismo signo. Mientras que los términos positivos activan el estado de felicidad. Este es el poder de la palabra. Esta es la fuerza del mantra.

¡Cuida tus palabras! Pues estas despiertan los sentimientos y pensamientos que son el motor de nuestros actos.

Escribe tu reflexión sobre el mensaje de este cuento en el recuadro que hay más abajo. Gracias.

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Comentarios 6

  • Los mantras acarician nuestro agitado cerebro. Son balsamicos. Sea el OM. el Rosario. La letania. Un cuento o una poesia…

  • Los mantras tienen efecto calmante en el cerebro. Y por tanto despejar pensamientos negativos. Ira. Tristeza… desde rezar . Contarte un cuento. Cantarte una cancion. Unos versos….. cada uno podemis crear nuestro mantra.

  • Gracias Violeta y Jose por mostrarnos de primera mano, con vuestra experiencia personal la diversidad del yoga. El yoga tiene varios caminos o marga (búsqueda, esfuerzo). Todos dirigidos hacia la experiencia de nuestra esencia, el atman que es lo mismo que Bhraman. El Dios creador, la dicha y la felicidad.

    Uno de estos caminos o disciplinas que llevan a la unión con el propio ser son los mantras. Nosotros, por las clases estamos más familiarizados con el hata yoga el camino de la purificación y el esfuerzo que nos ayuda al cese de la actividad de la mente.

    Otra vía para el aquietamiento de la mente y conectar con tu esencia interior es el mantra yoga (palabras o conjunto de palabras sagradas y de poder espiritual). El mantra raíz que todos conocemos es el sonido primigenio Om.

    Los mantras son palabras sagradas trasmitidas a los sabios. La repetición del mantra aquieta la mente del devoto y dirige a estados expandidos de la consciencia. Cesación de todo pensamiento que culmina en la plena absorción o Shamadi.

    Como comenta Jose en su presentación nuestro Rosario ? es muy parecido. Una especie de mantra. Recitación de un texto sagrado que ayuda a la concertación mental y la cesación de la mente que nos permite rozar nuestra sabiduría intuitiva y felicidad. Al final todas las religiones teistas no se diferencian tanto …

  • Así es. Todo lo positivo refuerza lo bueno. Pero la vida y la sociedad van tan rápido que nos dejamos arrastrar y nos lleva a vivir como si siempre estuviéramos enfadados. Ojalá aprendamos a vivir de la forma que nos indicáis en vuestras lecciones. Muchas gracias y un abrazo.

  • Me siento muy identificada con esta historia, porque además que me trae muchos recuerdos muy bonitos de la infancia, al mismo tiempo trae recuerdos y reflexiones del yo actual y lo que hacemos. Sobre todo en este tiempo de limitaciones, es bueno considerar lo que decimos cuando estamos tan cerca de quienes queremos tanto. Gracias por compartir esta historia ??

  • Los pensamientos positivos y el ayudar a los demás te llevan a alcanzar cotas inimaginables de bienestar y felicidad.

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