Todo lo que nace va progresiva y lentamente deteriorándose hasta morir. Esto es un hecho básico de la vida en esencia que todos conocemos y que conviene tener completamente interesado. Pues solo cuando se es plenamente consciente de ello se valora, se cuida y se disfruta como la vida merece ser valorada, cuidada y disfrutada.
Así por ejemplo constatamos cómo, según pasa el tiempo, el aparato locomotor va perdiendo funcionalidad. Cómo el sistema muscular pierde elasticidad y, con ello, el sistema articular pierde movilidad. Cómo al mismo tiempo los músculos también pierden tono y fuerza, y así la estructura esquelética pierde estabilidad; lo cual genera deformaciones estructurales y… etc. etc. Todo esto es, generalmente, la antesala del dolor.
Por supuesto que este proceso natural no se percibe de repente de un día para otro. Para notarlo, tanto en nosotros como en otras personas, lo mismo que ocurre con el envejecimiento, debemos mirar en un espacio de tiempo más largo. Es entonces cuando constatamos que el deterioro producido por el paso del tiempo es implacable.
Cierto que esto pasa siempre y a todos los seres; pero no de la misma manera, ni a la misma velocidad, ni con los mismos efectos. Ello depende de dos tipos de factores: los que dependen de nosotros, y por consiguiente podemos controlar, y los que, a día de hoy no podemos, y por lo tanto debemos aceptar. Las variables controlables son lógicamente las que nos interesa conocer para aplicar en pos de nuestra salud y, por ende, de nuestra felicidad.
Entendemos así que, aunque no podemos erradicar el deterioro natural de nuestro cuerpo, sí podemos y debemos actuar con inteligencia para, con el conocimiento que en la actualidad tenemos, ralentizar al máximo ese proceso. Con lo cual minimizamos el riesgo sufrimiento y maximizamos la probabilidad de bienestar.
La capacidad de movimiento del aparato locomotor es uno de los biomarcadores fundamentales que determinan nuestra edad biológica; que con frecuencia no coincide con la cronológica. Por ello, el ejercicio adecuado, bien realizado y hecho regularmente es uno de esos factores esenciales, que podemos controlar, y que claramente contribuyen a ralentizan el proceso de envejecimiento. De tal manera que el transcurrir del tiempo biológico sea más lento que el cronológico.
Los ejercicios de estiramiento, hechos de manera adecuada y regular, mantienen la natural y necesaria flexibilidad de nuestros músculos permitiendo así que todo el sistema articular pueda moverse en todas las direcciones naturales y en toda su amplitud. Con ello nuestro cuerpo puede desplazarse en el espacio con la ligereza con que lo hace un bailarín en el escenario.
A continuación mostramos 4 ejercicios de flexibilidad. Recuerda, como siempre decimos en clase, que los ejercicios hechos de manera incorrecta pueden ser peor que no hacer ejercicio. Así que ¡cuidado! Sigue las pautas con las que trabajamos siempre en la escuela.
Estiramiento de la parte posterior de las piernas:
- Pies perpendiculares a la pared uno tras otro y sin levantar los talones.
- Pierna delantera lo más flexionada posible y pierna trasera lo más atrás posible.
- Mantener la postura estática y relajada durante aproximadamente 6 respiraciones profundas con una duración aproximada de un minuto en total.
Estiramiento de zona dorsal, hombros y brazos:
- Palmas de las manos separadas empujando la pared (variando la altura de las manos podemos variar el ejercicio).
- Dejar caer la parte superior del cuerpo.
- Pies ligeramente separados y rodillas ligeramente flexionadas.
- Mantener la postura estática y relajada durante aproximadamente 6 respiraciones profundas con una duración aproximada de un minuto en total.
- Al terminar y elevarse doblar siempre las rodillas para evitar riesgo para la zona lumbar
Estiramiento de espalda, cadera y pierna:
- Talón sobre una mesa con el pie perpendicular a ella.
- No doblar las rodillas.
- Tirar del pie hacia nosotros.
- Proyectar el tronco hacia adelante sin curvar la zona dorsal.
- No forzar el estiramiento lumbar; sobre todo si se padece de esta zona.
- Mantener la postura estática y relajada durante aproximadamente 6 respiraciones profundas con una duración aproximada de un minuto en total.
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Es un ejercicio sencillo de muchisimos beneficios y la explicación tan clara me ha permitido llegar fácilmente a las posturas encontrando mucha comodidad como si la hubiera hecho de antes. Suelo sufrir de dolor lumbar y mi cuerpo lo ha agradecido. Gracias por compartir con tanto cariño. Un abrazo
Gracias por hacernos partícipes de vuestra vida con estos consejos tan beneficiosos ??
Gracias por este nuevo ejercicio. Muy útil.
Fáciles y efectivos. Producen un fortalecimiento del tono muscular que también beneficia o protege al esqueleto. Importante respiración acompasada.