MEDITACIÓN 13

¿Ver para creer o creer para ver?

Tú… ¿qué opinas?

La tradición nos dice: “ver para creer”. Es decir, que si no lo veo, no lo creo. Que solo debemos creer lo que vemos. Por lo que para que algo sea real o verdadero debe ser validado mediante la percepción.

Sin embargo tanto los sabios de la antigüedad como la ciencia en la actualidad afirman lo contrario. O sea: “creer para ver”. Afirman que es la mente la que, según las creencias que alberga, crea la realidad. Siendo esta realidad la que es aprehendida por los sentidos y, en consecuencia, revalidada por la mente. Por lo que, si los sentidos lo perciben, entonces no es real.

Evidentemente ambas ideas aparecen como contradictorias. Por lo tanto, ¿cuál de ellas es cierta?

Ambas. Ambas son ciertas. El origen de la contradicción está en que se obtienen de realidades distintas. Pues mientras la primera aseveración se extrae del mundo pragmático de la vida en esencia; la otra, deriva de la realidad que hay detrás, y por lo tanto los sentidos no pueden percibir.

Es evidente que si estamos paseando y, de repente, se nos presenta un león; el verlo, oírlo y olerlo nos hace creer en lo percibido, y gracias a ello podemos echar a correr para preservar nuestra vida. Podríamos poner millones de ejemplos como este que ratifican la idea: “ver para creer”.  Siendo esta experiencia, de la cual depende la vida, la que induce a la mente a tomar como verdad la realidad que le llega a través de los sentidos. Por ello la mente nos dice: “si lo podemos ver, oír, oler, gustar o tocar, entonces, es real; y, si no, no lo es.

Pero tanto la ciencia actual como los sabios de la antigüedad nos dicen que lo que llamamos realidad es una interpretación que hace la mente con la información que le llega a través de los órganos sensoriales. Una interpretación totalmente subjetiva dado que, además de depender de la imperfecta limitada y subjetiva capacidad perceptora de los sentidos, depende de las creencias o “programas” que configuran la mente de cada cual. Creencias en forma de pensamientos, sentimientos e impulsos que son las que constituyen y colorean lo que llamamos realidad, y que no hacen sino ratificar una y otra vez la veracidad de lo que se cree.

Así es como los pensamientos repetidos una y otra vez terminan instalándose en la mente en forma de creencias. De tal manera que, por ejemplo: quienes creen en la perversidad innata del ser humano, tan solo ven maldad a su alrededor; mientras que tan solo ven bondad quienes creen en la fraternidad humana. Es decir:

Para quien cree ser un martillo, todo lo que percibe son clavos.

Pero… ¿cómo cambiar las creencias erróneas y aflictivas por otras generadoras de paz y felicidad?

Estando siempre alertas. Mediante la consciencia y la voluntad. Primero, reconociendo las creencias erróneas y generadoras de sufrimiento. Segundo, queriendo erradicarlas y sustituirlas por otras positivas. Tercero, elaborando un plan de trabajo para lograrlo. Y, por último, llevándolo a cabo con ahínco hasta conseguirlo.

Anímate a compartir tus ideas con los demás, acerca de lo que aquí publicamos, escribiendo en el recuadro que hay más abajo. Donde pone: Mensaje.

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Comentarios 3

  • Creer siempre suena a duda, »
    ceo que va a llover»: no es seguro.
    Dar fe de algo es más certero : «doy fe que Dios existe»
    aunque no te crean.
    La practica de la meditación me ayuda a conocerme y afina mis cuerpos ( fisico- mental- emocional) , generando paz y felicidad.

  • Por sus actos los conoceréis. Pero en ocasiones también son engañosos, por lo tanto hay que intentar ver lo bueno a través de la vida. Muchas gracias ?‍♀️?‍♀️❤️

  • Creencias!!!!
    Los cristales de las gafas a través de las cuales miramos e interpretamos la existencia!!!!

    Es tan importante recordarlo: atención, consciencia, voluntad, reconocimiento y plan de acción perseverante… Qué buena fórmula!!!!

    Gracias ??

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