MEDITACIÓN 9

La mente es el único Dios a conquistar”. Esta afirmación que encontramos en la obra Yoga Vasishtha (escrita en torno al S.VI) muestra claramente la importancia que el pensamiento de la India da a los complejos laberintos del cerebro para poder así acceder a la comprensión de la realidad del mundo.

Indagar para descubrir la naturaleza de la mente, en realidad, no es algo exclusivo de Oriente. También se da en la filosofía occidental, como bien reflejan las más grandes obras del pensamiento europeo cuyos filósofos, a partir del S. XVII, concluyen que la cuestión más importante de la filosofía no es el ser, como sostenía Aristóteles, sino el conocer. Pues el ser no puede separarse de la mente que lo percibe; por lo que no se puede aprehender el ser sin conocer la mente que lo percibe. Quiere esto decir que la filosofía del conocer (epistemología) debe preceder a la filosofía del ser (ontología). Como sostiene Kant al demostrar que toda filosofía es filosofía del conocimiento. Por ello la filosofía ha de comenzar analizando la mente humana.

Cómo tomamos las decisiones.

 Imaginemos que voy paseando por la Gran Vía. Hace mucho calor. Paso junto a una heladería. Me encantan los helados. Me detengo. Me apetece tomar un helado de limón. Estoy para entrar en la heladería y comprarlo cuando, de repente, un pensamiento sobre la inconveniencia de ingerir tantas calorías detiene mis pies. Se ha generado un conflicto en mi cerebro y, durante unos segundos, se produce un intenso diálogo en su interior. ¡Un torbellino de conexiones interneuronales! Mientras unas redes neuronales me inducen a tomar el helado otras se decantan por lo contrario. Finalmente haré lo que dictamine la red que se imponga con más fuerza.

Esta rivalidad, que implica conflicto, se produce ante cada decisión que debemos tomar a lo largo de nuestra vida. Unas veces conscientemente y otras, la mayoría, inconscientemente. En este campo de batalla que supone la toma de decisiones entran en conflicto tanto la razón como las emociones. Ambas fuerzas suelen colaboran entre sí pero a veces, se manifiestan por separado. Como por ejemplo ocurre en los dos famosos dilemas del tranvía que exponemos a continuación.

Dilema 1.

Imagina un tranvía sin frenos. Se dirige hacia un punto de la vía en el cual hay cuatro operarios trabajando sin ver ni oír lo que les viene encima. Tú estás allí viendo lo que inevitablemente va a ocurrir. Junto a ti hay una palanca. Si la bajas  harás que el tranvía cambie de vía y los cuatro hombres se salvarán. Pero, cuando te dispones a hacerlo ves que en esa otra vía hay otro trabajador que morirá si lo haces. Debes decidir rápido, pues en cinco segundos el tranvía llegará a la intersección de las vías.

Foto que muestra el dilema del tranvía.

Piensa y medita. Ante esta primera hipotética situación: qué harías y por qué.

Dilema 2.

Imagina una situación parecida a la anterior. Ahora tan solo está la vía en la que se encuentran los mismos cuatro operarios. Tú te encuentras en una pasarela bajo la cual pasará el tranvía. Junto a ti hay una persona lo suficiente obesa como para desviar el tranvía si cae sobre la vía. Si le empujas haciéndole caer, su voluminoso cuerpo detendrá la máquina. Él morirá  y los cuatro trabajadores se salvarán.

Dilema del tranvía.

Piensa y medita. Ante esta segunda hipotética situación: qué harías y por qué.

Dilemas de este tipo han sido utilizados tanto en ética como en derecho penal. Pero nosotros, al exponerlos aquí, no pretendemos valorar la decisión bajo ninguno de estos dos puntos de vista; pues no tratamos de buscar la opción buena o correcta. Simplemente tratamos de indagar sobre el origen de la toma de decisiones, pues ello conduce  hacia la conquista  de la mente a la cual se refiere el Yoga Vasishtha.

 Esperamos  vuestra colaboración en esta interesante prueba. Incluso os animamos a que invitéis a participar a personas conocidas enviándoles el enlace. Cuanta más gente  participe  mayor será  la validez  y utilidad del resultado. 

Para que las respuestas de unas personas no influyan en las de otras no las  aprobaremos en la web hasta el final de la prueba. Será entonces cuando os lo notificaremos para que podáis verlas todas, analizarlas y aprender de ello.

Escribe tu respuesta en el recuadro que hay más abajo. Gracias.

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Comentarios 8

  • Muy muy interesante. Gracias

  • Qué difícil nos la habéis puesto!!!
    En el 1º la razón te dice que des a la palanca. y en 2º empujar al obeso. Así el problema de forma matemática parece que ganamos 4 vidas. Pero cuando dejas entrar las emociones la toma de decisión se complica. Empiezas a hacerte preguntas: ¿quién soy yo para decidir quién sobrevive? ¿tiene la penosa obesa connotación despectiva? ¿Cómo cuantificamos esas vidas? ¿Quién vale más que quien?… Para entonces ya ha decidido el tren.
    Otra solución seria el altruismo: tirarme yo y que se salvan todos. Eso sí puedo decidirlo.

  • En el dilema 2 tengo clarísimo que no empujaría a la persona.
    En el primer caso no sé lo que haría, seguramente nada, dado lo mucho que me cuesta tomar decisiones. Posiblemente alertara a alguien para que lo hiciera por mí.
    En cualquiera de los dos casos me parece muy difícil tener que tomar una decisión, es jugar un poco a ser Dios y decidir quién merece la pena que siga viviendo y quien no.

  • Dilema 1: la decisión sería el mal menor, una persona evita la muerte de cinco.
    Pero no puedo tomar esa decisión, ya que para mi una vida es igual de importante que 5. En este dilema no tocaría la palanca y dejaría que el tranvía siguiera su destino.

    Dilema 2: el mal menor supone actuar directamente matando a una persona. No seria capaz. No puedo tomar esta decisión.

  • Muy interesante ejercicio Jose. Gracias Violeta y Jose por vuestros maravillosos mensajes.

    La percepción de la realidad nos viene a partir de los sentidos. Esa información la procesa nuestra mente. Cada uno de nosotros ha recibido una educación, unas normas de comportamiento, ha tenido una experiencia vital. Todos estos factores generan unos surcos en nuestra mente que nos induce a tomar decisiones probablemente para sobrevivir.

    Decisiones automáticas muchas veces. Basadas en lo aprehendido. Pero por encima de nuestra siempre inquieta mente tenemos algo muy superior. Interpretamos la realidad según nuestra experiencia y conocimiento. Pero esa interpretación muchas veces no es la correcta.

    Todos tenemos una consciencia pura. Libre de la mente. Una consciencia universal que parte del Ser es el Ser y volverá al Ser. El poder llegar a ese nivel de disciernimiento con el aquietar de la mente es lo que buscamos en el yoga. Una decisión que parte del puro entendimiento seguro que es acertada, se ajusta al Darma. A la acción correcta para con uno mismo y con los demás.

    Poner los sentidos hacia dentro para escuchar ese yo interior, anterior a la mente. Ese es el camino para de decisión correcta.

    Dejo sin respuesta ? las dos cuestiones que planteas. Es difícil decidir. En las dos hay personas en juego iguales que cada uno de nosotros. Si tuviera que decidir, cerraría los ojos. Respiraria profundo y lo que viniera después … debe de difícil tomar decisiones así.

    Namaste ? OM shanti shanti shanti

  • Ante las dos situaciones, tanto la primera como la segunda, yo gritaría todo lo fuerte que pudiese para alertar a los trabajadores. Esa sería mi forma de actuar.

    • No empujar por supuesto, pues en el último momento puede pasar cualquier cosa. Ademas las 4 personas pueden estar haciendo un juego de rol, etc

  • La muerte o la vida de una persona no la puedo decidir yo.
    En el Dilema primero, matar a una persona por salvar a cuatro… Al final eres tú quien decide quién vive y quien muere. Yo no podría.
    En el segundo Dilema, no empujaría al señor, “ igual “ me tiraba yo. O gritaría para llamar la atención del maquinista y que frenase. ¿Quién decide si alguien vive o muere! Yo no puedo.

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