
Prânâyâma es la cuarta etapa del Ashtânga o sendero del Yoga como sistema filosófico (según se describe en los Yoga Sutras de Patanjali y posteriormente, de manera más desarrollada, en el Raya Yoga) antes de alcanzar el estadio definitivo de iluminación (Samâdhi) que se halla en la octava y última etapa.
Prânâyâma es una palabra sánscrita compuesta de los términos “prânâ” y “yâma”.
Yâma, como ya vimos en la entrada sobre el Raya Yoga significa freno o control.
Prânâ es un término muy común que designa una idea fundamental en la cosmovisión de las filosofías Indias y que podemos traducir como: la energía primigenia indiferenciada y única de la cual emana todo el universo y todas las energías que los rigen.
Energías cósmicas que van desde la electricidad o la gravitatoria, que mantiene la cohesión de la materia, hasta la energía que porta el aire y que, mediante la respiración, posibilita la vida de todos los seres vivos; permitiendo desde las funciones más básicas hasta las más complejas como es la facultad de pensar y tener conciencia. De tal manera que lo que caracteriza a un organismo vivo es su capacidad de captar, acumular y utilizar el prânâ que porta el alimento que se come, el líquido que se bebe, el sol que se toma y… sobre todo el aire que se respira.
Teniendo en cuenta que por ejemplo la vida humana requiere de unos 12000 litros diarios de aire y que no podemos estar sin respirar más de 5 minutos, entenderemos que la respiración es, con diferencia, la principal vía de captación de prânâ (energía vital).
Por lo que, si controlando la alimentación se controla parte de la energía que determina la salud, comprenderemos que controlando la respiración se tendrá un control muchísimo mayor de esa energía vital (prânâ).
Por lo tanto, el prânâyâma se basa en el control de la respiración con el objetivo de controlar la energía vital (prânâ) del aire que respiramos.
Control que se adquiere mediante ejercicios que se configuran a partir de las cuatro fases de la respiración (inspiración, espiración, retención con pulmones llenos y retención con pulmones vacíos) y sus cuatro elementos (velocidad, longitud, profundidad y ritmo). Ejercicios que van desde los más sencillos y actos para cualquiera hasta los más complejos y arriesgados que solo deben practicarse por yoguis experimentados.
Al igual que la ciencia ha desarrollado una técnica para controlar la energía y utilizarla en el progreso de la humanidad, así también el yoga ha elaborado el prânâyâma como vía para controlar la energía vital de la cual depende nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Mientras la ciencia, en su vertiente positiva, focaliza su esfuerzo en mejorar las condiciones externas y materiales del ser humano, el yoga se ha centrado en desarrollar fórmulas para erradicar la confusión y el sufrimiento que alberga el cerebro humano.
¡Qué gran paso dará la humanidad cuando consigamos aunar ambas vías de investigación!
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Gracias ?? estupendo recordatorio.
Ahora, en tiempo de pandemia y de mascarilla, qué importante se ha vuelto dedicar un tiempo específico, en nuestro quehacer diario, en realizar ejercicios respiratorios en espacios ventilados, que amplíen bien nuestra capacidad pulmonar… Que mantenga en buena forma nuestro sistema respiratorio!!!
Muy interesante como siempre. Que va a aportar un aprendiz y novel a tus comentarios tan acertados. Compartir unas líneas de Pranayama de André Van Lysebeth.
Una vez adquirida la técnica de las posturas, si se desea progresar, hay que sobrepasar el estadio de la ejecución puramente mecánica y material de las asanas y demás ejercicios yoguicos para pasar al estadio de Pranayama. ? OM shanti shanti shanti.
Primero agradeceros nuevamente la déferencia para conmigo no sabéis lo que significa para mi tanto como el yoga para mi mente y mi cuerpo y sus variantes que tanto me ayudan a erradicar mis pequeños sufrimientos